Did he not even carry a cook whith him?
Felipe II cried when his fleet sunk.
Did nobody else cry?
One cuestion for each story.
Bertold Brecht
We live in a world marked by show. Debord and Habermas have already vaticinated.
Our collective and personal identity is built starling from the interpretative fictions that the media and our surrounding provide us.
And within that chain of information, the large public events, sport, festive and cultural have a predominant role.
But all of this productions have a backstage, a rear side, a group of wickers that make It all possible.
These photos are part of a series which depict concrete moments of diverse exhibition mountings.
In them we appreciate the skeletons of the unfinished architectures, working utensils and production residues.
Human presence is not evident but his trail is. Here it is not about documenting but to put in value, reveal, backstage, interstices of and “opus” which is still potencial. It will the come the opening, the social program and the shows fanfare.
This series is taking in mountings in centres of art but as well could be theaters, wedding banquet kitchens, laundries at hospitals… And why not? Chains of production, greenhouses, and alleys that is the wickers of our world of fiction.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse su flota ¿No lloró nadie más?
Una pregunta para cada historia
Bertolt Brecht
Vivimos en un mundo marcado por el espectáculo. Debord y Habermas ya lo vaticinaron.
Nuestra identidad personal y colectiva se construye a partir de las ficciones interpretativas que los medios y nuestro entorno nos suministran. Y dentro de esa cadena de información los grandes eventos públicos, deportivos, festivos y culturales tienen un papel predominante.
Pero todas estas producciones tienen un backstage, una trasera, un conjunto de mimbres que lo hacen posible. Estas fotografías son parte de una serie que capta momentos concretos de diversos montajes expositivos.
En ellas apreciamos los esqueletos de las arquitecturas inconclusas, utensilios de trabajo y residuos de producción. La presencia humana no es evidente pero si su huella. Aquí no se trata de documentar sino de poner en valor, revelar, las traseras, los intersticios de una obra que todavía es potencia. Luego vendrá la inauguración, el “programa social” y las fanfarrias del espectáculo.
Esta serie está tomada en montajes en centros de arte pero bien podrían ser teatros, cocinas de banquetes de bodas, lavanderías de hospitales… Y ¿por qué no? Cadenas de producción, invernaderos y callejones de nuestras calles. Es decir, aquellos lugares donde se construyen los mimbres de nuestro mundo de ficción.